martes, 29 de septiembre de 2009

Obra de Colòn .Una nueva burla a los vecinos y al Municipio , ahora desde la justicia



Estado fallido

Cuando el Estado no puede garantizar el cumplimiento de la Ley, técnicamente se define como un Estado Fallido.
En la Comuna de Quilmes, crecen los indicios de que el Estado no logra ejercer el poder de policía con la suficiente autoridad como para evitar que el más fuerte abuse.
En nuestra edición de ayer ofrecimos cuatro casos. Uno referido a la salida del gobierno del Auditor General, cargo que depende del gobierno que se supone que tiene que controlar.

Estado fallido II

El segundo caso que ofrecimos fue el de la Papelera Quilmes, que estando en manos de funcionarios públicos, se confiesa contaminando el Medio Ambiente, y pide plazos generosos para su remediación.
Un tercer caso en estos días lo representan las empresas telefónicas, actuando a escondidas, traicionando la confianza de los vecinos encuentran en los funcionarios, voceros que explican la situación.
El cuarto caso es Bellas Artes, que hoy también nos ocupamos aparte.
Ahora se agrega un caso referido al Medio Ambiente y a las construcciones de altura en Quilmes centro.

LA OBRA DE COLÒN

La organización vecinal Quilmes Unido, denunció el 18 de julio en su blog la tala de 16 árboles añosos en una obra de la calle Colón.
La primera reacción de los funcionarios fue justificar la situación en que se trató de un hecho ocurrido en una propiedad privada, durante un feriado. Pasados los días, ante la insistencia de la agrupación vecinal, la obra se clausuró.
Con fecha 14 de agosto, el juez de Faltas, Carlos Fariña, firmó un fallo que le impone una multa de 2.380 pesos al infractor, levanta la clausura y le ordena no talar y podar la magnolia existente, al tiempo que ordena la plantación de 30 árboles en cinco escuelas del distrito.

El Estado termina burlándose a sí mismo, al aplicar una sanción de menos de 1.000 dólares, en una obra de altura que se venderá a más de 1.000 dólares cada uno de sus metros cuadrados. Cuando el Estado se burla a sí mismo, la ciudadanía termina burlada.

Extraido de Perspectiva Sur.