miércoles, 6 de junio de 2007

Por nuestros derechos XII


Cuando nuestra agrupación, manifestaba la intención de llevar a cabo un movimiento que despertara la atención de toda la población sobre los perjuicios de las obras indiscriminadas de torres, también sostenía como principio una acción pacífica, constructiva, sin fines políticos, para llegar a una concertación justa, equilibrada, sustentable a su vez en el tiempo, basada en el diálogo con las distintas fuentes interesadas en este quehacer.
Dijimos también que la ciudadanía, consciente de sus derechos, exigía que las autoridades correspondientes asumieran con responsabilidad el rol que les es propio para el tratamiento del tema.
Todo ello nos permite hoy recurrir dos posturas completamente disímiles. Por un lado leemos que el Consejo Directivo del Colegio de Arquitectos D.II se manifestó explícitamente sobre la participación de los profesionales frente a toda obra civil, indicando que los arquitectos proyectan y dirigen las obras comenzando y terminando con ello su trabajo; se dedican y están a favor de la construcción ordenada, planificada y enmarcada dentro de la reglamentación vigente, aclarando que la localización y tipología edilicia, entre otros aspectos, no la deciden ellos. Así mismo, en un párrafo dedicado a nuestra Agrupación, expresan su “voluntad de explicar a través de especialistas, la zonificación vigente, la anterior y las propuestas sobre la que debería venir”.
Con ello nos queda claro que el Colegio de Arquitectos D.II conoce y se hace eco de nuestro reclamo; asume la responsabilidad que les corresponde a sus profesionales y se manifiesta abierto al diálogo, en completa coincidencia con la necesidad que sostenemos y con lo que manifestaran el 16 de mayo ppdo. en una solicitada, firmada por su Consejo Directivo.
En otro diario, en dos ediciones distintas leemos, que las autoridades Municipales señalan que el problema de la construcción de edificios en el distrito no está dado por el hecho de que haya nuevas edificaciones, sino que se respete la reglamentación. Sobre esto, en Quilmes Unido somos conscientes que es el Municipio quien debe velar por el cumplimiento de las mismas y atender además los cuestionamientos que se susciten tanto por su inobservancia como por sus falencias.
En otra edición leemos que nuestro movimiento, por relación con otros, es una expresión política porque estamos en un año electoral (muletilla muy común y desgastada usada en estos tiempos) “siendo un sector de la oposición compuesto por grupos minúsculos que quiere de algún modo empañar la acción del gobierno comunal”, según lo dicho textualmente en el periódico.
Con ello nos queda claro a los integrantes de nuestra Agrupación, que el Municipio conoce nuestros reclamos y sin embargo no asume una actitud acorde a la responsabilidad que a esas autoridades se les confiere, mostrándose en cambio, hasta ahora, equivocadamente, impermeables al diálogo a pesar de decir estar cada vez más cerca de los vecinos. Así mismo, asignan a nuestra Agrupación una postura de descrédito hacia el Gobierno local, cuando siempre hemos dado a conocer que actuamos en una organización apolítica en procura de dialogar, consensuar y arribar a soluciones.
Nos mueve la inquietud y el malestar observando que no somos reconocidos con una mejor consideración y mayor respeto por parte de las autoridades Municipales
Quilmes Unido, integrada por esa misma ciudadanía de la que salieron las actuales autoridades y a la que volverán mañana, defendiendo sus derechos, es y será respetuoso, exigiendo trato igualitario.


Junio 2007

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