martes, 28 de diciembre de 2010

Carta a los vecinos de las Asambleas por el PUA

A nosotros nos quieren tomar el pelo mientras a la ciudad le toman las tierras…
Cuando instalamos – hace ya casi cinco años – en la agenda política de la ciudad la necesidad de realizar un Plan Urbano Ambiental, muchos no lograron comprende esta necesidad y solo lo interpretaron como una simple oposición a la construcción en altura en las zonas residenciales de Quilmes. Lamentablemente la gestión Villordo y – hasta ahora – la gestión Gutiérrez, priorizaron este tipo de negocios bajo el sofisma: “Eso es desarrollo”.

Hoy vemos, con pena, cómo se va perdiendo patrimonio histórico, el tránsito de la ciudad se ha convertido en un caos, los servicios son deficientes, la salud y la educación pública escasas, la nocturnidad incontrolable, falta de higiene, el medio ambiente en un total desamparo, etc. Todo esto es clara muestra de que la falta de planificación inexorablemente traería los problemas que ahora pueden sorprender sólo a algún desprevenido, cuando ve la pelea entre vecinos por los pocos espacios verdes que quedan en la ciudad.

Mientras estos penosos hechos suceden, el Intendente, su Secretaria de Obras Pública (Roxana González), su Secretario de Medio Ambiente (Claudio Olivares), el Secretario Legal y Técnico (Walter Di Giusseppe) sólo se ocupan de tenderle una alfombra roja a la multinacional Techint para que desembarque sus negociados en la ribera de Don Bosco, Bernal y Ezpeleta, convirtiéndose así en verdaderos “ocupas de lujo” de un área única por su flora y fauna, que debiera ser preservada y de uso público.
Esa zona está hoy protegida por ordenanza como selva marginal, votada – entre otros – por los concejales José Migliaccio y Otamendi, hoy llamativamente en la vereda opuesta, olvidando los argumentos que esgrimieron en aquel entonces.

El rol de esta selva y el de los humedales que la componen es el de mitigar la permanente contaminación que recibimos los vecinos.

Por estos días el proyecto que pretende “desproteger la ribera” y así permitir que el proyecto Techint (mucho más acorde al era menemista) tenga vía libre, está en el Concejo deliberante, Su presidente – el concejal por el Frente para la Victoria J. Migliaccio (vecino de Ezpeleta) – pretende aprobarlo en breve, con apenas algunos días de análisis. En este período – este proyecto que aportaría a la zona unas 100.000 personas más entre habitantes, trabajadores y visitantes – debe ser tratado, analizado, estudiado en por lo menos cuatro comisiones. Veremos con mucha atención quiénes son los concejales que apoyan este despropósito. Quien lo haga verá sepultado su futuro político, ya que convalidará el negociado más grande en la historia de la ciudad. Un negociado de U$S 1.700 millones, teñido de todas las sospechas imaginables.

Los vecinos debemos ser parte de esta discusión. Ya dejamos bien clara nuestra posición en este tema. Queremos que la ribera se convierta en una reserva protegida, que sirva para la educación y recreación de los vecinos y que – por sobre todas las cosas – no deje de ser el pulmón verde que es hoy.

Viendo la ciudad hoy, sólo un Plan Urbano Ambiental hecho por todos en conjunto será lo que permita opinar, decidir y participar en el diseño de la ciudad en que queremos vivir.


Foro de Asambleas Por el Plan Urbano Ambiental de Quilmes

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